De Miacum a Titulcia: el trazado de la ruta 24
del Itinerario de Antonino en la actual provincia de Madrid.
Jesús Rodríguez Morales y Carlos Caballero Casado[1]
RESUMEN
Una vez de acuerdo la mayoría de los
investigadores en ubicar la mansio de
Miacum en la finca Monesterio (San
Lorenzo de El Escorial) establecemos el trazado de la vía hasta una Titulciam ubicada en el gran núcleo
romano de Móstoles. En su recorrido se encuentran a pie de vía numerosos
yacimientos romanos y tardorromanos: Galapagar (San Yago,
Cordel de Suertes Nuevas y La Pocilla), Villanueva del Pardillo (Basurero y Los
Palacios); Boadilla del Monte (La Pingarrona/La Vega y San Babilés);
Villaviciosa de Odón (El Agostadero) y Móstoles (Universidad, Los Tejarejos y
casco antiguo) También se han identificado dos miliarios en el municipio de
Galapagar. Además, se presentan varios lugares en los que se ha podido
identificar la vía. Todo ello hace muy difícil que el trazado de la ruta vaya
por la Cañada Real Segoviana a buscar una Titulcia situada en Carranque el
Viejo, como propuso hace 30 años Dimas Fernández Galiano.
PALABRAS CLAVE
Vías romanas, Yacimientos romanos, Mansiones
ABSTRACT
Once most researchers agree to locate mansio Miacum in Monesterio (San Lorenzo
de El Escorial), we establisj the route of the Roman road to Titulciam, located in the great Roman
nucleus of Móstoles. On its route are located several Roman and late Roman
sites, like Galapagar (San Yago, Cordel de Suertes nuevas and La Pocilla),
Villanueva del Pardillo (Basurero y Los Palacios); Boadilla del Monte (La
Pingarrona/La Vega and San Babilés);
Villaviciosa de Odón (El Agostadero) y Móstoles (Universidad, Los Tejarejos and
urban area). In addition, two milestones have been found in Galapagar, and we
present several places where it has been possible to identify the Roman road. All
this makes it very difficult for the route to go through the Cañada Real
Segoviana to look for a Titulcia located in Carranque el Viejo, as proposed 30
years ago Dimas Fernández Galiano.
KEY WORDS
Roman roads, Roman settlements, Mansiones
Poco a poco, después de treinta años de debate en
diferentes publicaciones, se va extendiendo un acuerdo general acerca de la
ubicación de la mansio Miacum, citada en el Itinerario de Antonino entre
Segovia y Titulcia, en el yacimiento de Monesterio, en San Lorenzo de El
Escorial. Desde la primera propuesta que firmemente apostó por este yacimiento,
debida a Dimas Fernández Galiano (1989), todo el debate posterior se centró en
la posibilidad de situar la mansio bien
en este yacimiento escurialense (Arias, 1996; Caballero, 2006; Rodríguez
Morales, 2007…), bien en el cercano de El Beneficio, en el término municipal de
Collado Mediano (Jiménez Guijarro, 2008) pero, en todo caso, en una zona muy
concreta del piedemonte madrileño de la Sierra de Guadarrama, abandonando así
otras hipótesis que ubicaban la parada romana más al sur, fundamentalmente en
las inmediaciones de Madrid (recogidas en Caballero y Rodríguez Morales, e.p.).
El yacimiento en torno al cual gira el consenso
actual, Monesterio, es una dehesa histórica, ligada desde el siglo XV a la
Corona (Chías, 2014), para cuya fase romana se suponen unas doce Ha, y una
amplia cronología, a partir de los datos obtenidos en las dos excavaciones
realizadas hasta el momento, la intervención de valoración efectuada en 1997
(Caballero, 2006; Caballero y Rodríguez Morales, e.p.), y el seguimiento de la
construcción de una línea de media tensión desarrollado en 2011 (López Martínez
y Martín Alonso, 2018). Esta última intervención permitió, además, ampliar el
conocimiento del inmediato yacimiento de “Las Zorreras”, en el término
municipal de Galapagar (López Martínez y Martín Alonso, 2016), y del que
Monesterio sería sucesor en el tiempo y en su papel de centro rector de la
zona.
Figura 1. Situación de los yacimientos de
Monesterio (en el centro de la imagen) y de Las Zorreras (en la parte
inferior). En el ángulo superior izquierdo, detalle de las excavaciones
desarrolladas en 1997.
Monesterio sería, por tanto, el asiento de la mansio Miacum, como probaría el hecho de
situarse a 29 millas de la ciudad de Segovia, distancia acreditada por varios
de los manuscritos que nos han llegado del Itinerario de Antonino, por su larga
perduración en el tiempo (al menos, desde el cambio de era hasta el siglo V) y
por su situación a escasa distancia del camino romano, también cercano a un
lugar de paso (el puente del Herreño) que mantendría un papel crucial en las
épocas medieval y moderna.
El paso de la vía romana por el entorno inmediato
estaría, además, acreditado por la cercanía de varias inscripciones
localizadas, a escasa distancia al sur del yacimiento, en el momento de abrir
la vía del tren hacia Ávila (Knapp, 1992) y por varios miliarios, algunos
conocidos sólo por referencias documentales (como tres supuestos en Alpedrete)
y al menos dos fragmentos más, aparecidos a pie de vía, que se conservan en
Galapagar, en el antiguo Ayuntamiento (Caballero, Fernández y Martín, 2002; Schmidt
y Campedelli, 2015: 212 y Rodríguez Morales y Caballero, 2018).
Figura 2. Habitación romana calefactada excavada
en el yacimiento de Monesterio en 1997 (izquierda) y dos fragmentos de miliario
conservados en el antiguo Ayuntamiento de Galapagar.
Figura 3. Tramo 1. Monesterio- Galapagar.
En Galapagar se cumplirían, según nuestros
cálculos, 5 millas desde la mansio Miacum. Junto a la vía se excavó en
los años 90 del siglo pasado un asentamiento tardorromano, llamado El Pocillo,
junto al centro cultural de este nombre. En la valla exterior de la iglesia se
conserva un ara con un bucráneo, de aspecto romano.
Figura 4: Tramo 2. Galapagar-Villanueva del
Pardillo.
A partir de esta localidad la vía seguiría su rumbo
hacia el SSE, por un terreno ondulado, pero sin obstáculos relevantes, por un
camino que se llama actualmente Cordel Segoviano. En la milla 9 la vía
afrontaría el primer gran obstáculo: la bajada del escalón del piedemonte
granítico de la Sierra para pasar al terreno arenoso sedimentario de la cuenca
del Tajo. Lo hace desde la Casa Palata, por la urbanización Las Cuestas. Allí
la vía, apartada al O del camino actual, desciende a lo largo de un Km muy bien
conservada, con su bordillo y cuneta excavada en la roca y con una pendiente
sostenida de un 10 %. Una vez alcanzado el pie del escalón, la vía continúa,
siempre paralela al arroyo de los Palacios, en dirección a Villanueva del
Pardillo. Allí se han hallado dos yacimientos con restos romanos junto al camino
(Los Palacios y Basurero), ambos a una distancia en torno a 250 m. del mismo.
El primero
(Los Palacios), excavado en 2013, sacó a
la luz en las cercanías del arroyo de Los Palacios, parte de la pars
fructuaria o pars rustica de una villa romana, cuya vida se extendió
desde finales del siglo I d. C. hasta finales del siglo IV d. C. Dentro de
ésta, se ha podido identificar un lagar (torcularium) completo, con: una
sala de pisa y almacenamiento de la uva (calcatorium), una sala de
prensado, que conservaba el contrapeso de la máquina, que reaprovechó una gran
inscripción funeraria romana, y una pileta de acumulación del mosto (lacus
vinarius). El torcularium de Villanueva del Pardillo es, hasta el
momento, el primer y único edificio documentado completo de estas
características en la Comunidad de Madrid (Áqaba arqueólogos 2013 y Gorospidi,
Peña, Major et al. 2016).
En
cuanto al segundo, situado a 1,7 Km. al S del primero “Se ha documentado un
basurero constituido por depósitos de carácter secundario que colmatan una
pequeña irregularidad del terreno, consistente en una suave vaguada hacia el
arroyo de los Palacios. Tanto la composición de los vertidos, como el conjunto
material recuperado, es extraordinariamente uniforme, de una fase cultural
datable en el siglo I d.C. Se consideran los niveles de colmatación del "
basurero" como producto de aportes de carácter secundario de un foco de
hábitat cercano o explotación económica.” (García Valcárcel, Écija y Valcárcel
(Documadrid) 2005).
La
vía atraviesa Villanueva del Pardillo con el nombre de Camino Real y sigue en
dirección sur por el camino de la Venta de San Antón, ancha, totalmente recta y
con abundante piedra que correspondería a los bordillos en los márgenes del
camino. Tras atravesar la urbanización Villafranca del Castillo pasa el río Guadarrama
junto a la Venta de San Antón, atestiguada como Paz en Parra desde el siglo
XIII, buscando en dirección SE la venta de Romanillos, en la actual Boadillla
del Monte.
Antes
de atravesar el Arroyo de la Vega se ubica el siguiente yacimiento romano al
pie de vía, llamado La Pingarrona/ El Agostadero, situado a caballo de los
términos de Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón Se trata de una villa
romana. “En 1996, con motivo de la urbanización de una amplia zona dentro del
T. M. de Boadilla del Monte (Madrid), se realizó una excavación arqueológica de
urgencia entorno al Arroyo de los Pastores o de La Vega, en cuya margen derecha
se localizaron los restos de una villa tardorromana (“La Pingarrona”), y un
pequeño yacimiento de época visigoda, “La Vega”, en el que se documentaron
restos de trece habitaciones de planta rectangular, empleadas como hábitat y
uso doméstico (Castro , 2005 y Alfaro y Martín Bañón, 2000 y Alfaro, M, Martín Bañón, A. 2007). “Se asienta sobre una
ladera de orientación SO junto a la confluencia del Arroyo de la Vega o del
Nacedero con el de los Pastores. El lugar se encuentra muy cerca del posible
trazado de la vía XXIV de los itinerarios antoninos. En esta zona ya se había
identificado, mediante sondeos realizados a finales del siglo XX en el término
de Boadilla del Monte, los restos de un asentamiento tardorromano al que
denominaron Villa de La Pingarrona. Las construcciones se distribuyen en torno
a un espacio abierto central de planta rectangular, elemento unificador de los
edificios que supuestamente abren fachada al mismo. Tiene momentos
constructivos y cronológicos diferentes entre los siglos I y IV (quizá V) d.C.” (Menduiña , Petri, Fernández Díaz et al. 2017).
Nada
más atravesar el Arroyo de La Vega y siguiendo siempre la Vereda Segoviana, nos
encontramos con el yacimiento de San Babilés, con su necrópolis visigoda,
situada en lo alto del cerro homónimo (Sanguino y Oñate 2016), pero que se
extiende en su ladera NE hasta el arroyo de Los Majuelos, al otro lado de la
M-50 (Vega , J. J. 2006). Allí,
reaprovechada en una tumba visigoda, apareció una gran inscripción funeraria
romana, cuyos paralelos más claros están en las de Torrejón de
Velasco y La Puebla de Montalbán), datadas
en el siglo I d. C. Una vez la vía pasa al pie de San Babilés, entra en la
urbanización Campodón. Allí se mantienen varios tramos, particularmente uno con
agger elevado, conservado en un parque.
Figura
5: Tramo 3. Villanueva del Pardillo- Boadilla del Monte.
igura 6. Tramo 4. Boadilla del Monte-Móstoles
Estamos llegando
al término municipal de Móstoles. Antes de entrar en el casco antiguo, la vía,
con el nombre de Vereda Segoviana, pasa por la Universidad Rey Juan Carlos[2].
Antes de cruzar el arroyo del Soto nos encontramos con el yacimiento los
Tejarejos[3],
que se ubicaba donde se alza hoy el barrio de Estoril II, es decir, al Norte del casco antiguo. Más concretamente
entre el arroyo del Soto y la vía del ferrocarril, hoy cercanías de Renfe. El
material que recogió allí Fuidio está depositado en el Museo de San Isidro:
“El despoblado de Los Tejarejos es llamado así por los muchos fragmentos de tejas y ladrillos que se encuentran esparcidos por el terreno. Este lugar está enclavado en el borde que forman la vía férrea de Villa del Prado y el Arroyo del Soto que vierte sus aguas en el Guadarrama. Hay buena “terra sigillata” y algunas estampillas y grafitos. […]OF. PONTVS. En el fondo exterior de una vasija J. Viloria recientemente encontró en Móstoles (Madrid), lugar de los Tejarejos, llamado así probablemente por la abundancia de tejas de que está sembrado el lugar, el grafito de PONTUS con OF. delante. Este parece ser el alfarero de cuya actividad puede afirmarse con bastante certeza. Trabajó en el periodo de los flavios en La Granfesenque (sic) y quizás de Nerón.”. (Fuidio Rodríguez, 1934: 170- 171) El sigillus OF(ficina) PONT(ii) corresponde a una fecha de la segunda mitad del s. I a principios del II d.C., puesto que el alfarero sudgálico Pontius trabajó en La Graufesenque de fines del reino de Nerón a Trajano[4].
Por
la actual calle Gran Capitán , Daoiz y Andrés Torrejón entramos en el casco
antiguo de Móstoles. Estamos en el viejo camino y calle de Segovia. Es aquí
donde proponemos la existencia de un vicus o mansio romana,
posiblemente Titulcia. No todos piensan lo mismo: “También se proponen como
pertenecientes a un vicus los restos romanos localizados en Móstoles, sin otros
argumentos que su hipotética identificación con la estación viaria de Titulciam”
(Fernández Ochoa
y Zarzalejos 2016: 292).
La existencia de
restos antiguos en Móstoles era conocida de antiguo, puesto que a él se aludía
en las Relaciones de Felipe II: (Relaciones de Felipe II 2: 499-505). “Al segundo capítulo dijeron que la dicha
villa de Móstoles es muy antigua, […] por edificios antiguos que se an hallado
hazia la parte del oriente, parece aver sido fundado más alto que agora esta,
hacia donde dizen el cerro prieto, y llamase asi porque las tierras del son
negras y fértiles y abundosas de pan, asimismo paresce haber sido fundado a la
dicha parte de oriente, porque se han hallado suelos hechos de argamasa de
dibersos colores y fuertes, y los hay al presente […]” (Móstoles en la
época de Felipe II, 1998: 219- 220).
Estas noticias
habían llegado a la bibliografía a lo largo del s. XIX y principios del XX, de
forma que, en 1888, Marín Pérez afirmaba (1888: 441) que “tanto los
cimientos hallados en su término, como los pavimentos de mosaico descubiertos
ha pocos años en la localidad, han mostrado que este pueblo es de origen romano”.
De la misma manera en
1908 el historiador local Juan Ocaña (Ocaña Prados, 1908: 2) decía que “su origen es muy antiguo; pues los cimientos y trozos de mosaico descubiertos
hace bastante tiempo, demuestran que se fundó en la época de los romanos.”
Ambos
textos parecen referirse a los hallazgos de Cerro Prieto. También José Luis
Viloria, en los años 50 (Viloria, 1955: 40) afirmaba sobre el mismo lugar:
“En un cerro próximo al pueblo, que llaman Prieto, enclavado en un
olivar, existen señales de antiguos edificios y mucha cerámica encarnada con
buen barniz.”
En Cerro
Prieto debía de haber por tanto en el s. XVI señales muy evidentes de población
antigua, entre ellas mosaicos, que no otra cosa son los suelos de argamasa de
colores. El propio nombre Cerro Prieto, es decir, Cerro Negro, puede aludir al
color del suelo, con materia orgánica, propio de un lugar habitado
antiguamente, que contrasta con el color amarillento de las arcosas naturales
del terreno. ¿Dónde estaba ubicado exactamente este yacimiento? Por los datos
que tenemos, que estaba hazia la parte
del oriente, y en un cerro próximo al
pueblo... enclavado en un olivar, se debía de encontrar en el entorno de la
calle Camino de Leganés, en el barrio llamado de la Loma, donde se conservaba en los años 50 el único olivar de la
zona, como se puede apreciar en las fotos aéreas del vuelo americano de 1957.
La
investigación arqueológica sobre Móstoles comienza en la época de la II
República. En 1931 Fidel Fuidio, que estaba investigando para la realización de
su tesis sobre la “Carpetania Romana”, visitó la localidad, atraído por el
nombre de la Calle Cartaya, recogiendo bastante cerámica romana y describiendo
una cabeza marmórea de Venus de cronología altoimperial.
Éste
es el texto de una nota de Fuidio guardada en el Museo de San Isidro junto con
la cerámica que recogió:
“Cerámica
de Móstoles. Día 21 Junio 1931. Camino del S.Oeste en lo que se llama ahora Calle
Cartaya. Bordes del camino. Cabeza de mármol (Mariblanca) en la Huerta junto al
camino, pared de la Noria.”
En su obra Carpetania Romana anota (Fuidio, 1934: 95): “Una reciente exploración a dicha villa... nos permitió... el examen de un lugar de la villa que llaman actualmente la calle de Cartaia. Atraídos por la antigüedad de este nombre, D. Isidoro García Rodríguez, Veterinario del Ayuntamiento de Madrid, hijo de dicha villa, y mi guía nos pusimos a explorar el camino que lleva dicho nombre. Obsérvase en los campos labrados, al pie del camino, muchos restos de vivienda, como piedras, tejas y ladrillos. En el chaflán del camino, a mano derecha, que alcanza la altura de dos a tres metros, encontramos muestras muy claras de cultura romana, como un molino de granito, abundantes tejas y trozos de cerámica roja sigillata, amarilla y negra fina. Dentro de la huerta, que sigue la línea de este camino, propiedad de la señora Duquesa de la Conquista, en un hueco que forman las paredes de la noria, hay una cabeza de mármol, que se observa desde fuera de la tapia, llamada la Mariblanca. Tiene aspecto de tipo clásico romano con tradición griega. Su estado de conservación es perfecto, salvo una pequeña erosión en la nariz. Dentro de la finca hay cerámica fina romana.”
El importante yacimiento descrito
por Fidel Fuidio se situaba en la calle Cartaya y en la calle Mariblanca, que
recibe su nombre del que le daba el pueblo a la cabeza de Venus que allí se
encontraba. Entre los materiales que recogió allí se hallan varios fragmentos
de terra sigillata y cerámica común. Los fragmentos de sigillata
hispánica decorada pertenecen a formas 29/37 y 30 Drag. correspondientes a
finales del s. I d.C. En cuanto a la jarra corresponde al tipo 38 (jarras de
una asa y cuello largo) de M. Vegas (1973: 92- 95 esp. 93, figura 32, 7) y está
fechada en la primera mitad del s. I d.C. El lugar exacto en que estaba la
estatua era una noria, situada en el mismo sitio en donde hoy está el templete
del Parque del Cuartel de Huerta. Esta pieza muy poco corriente, que conocemos por una foto de los años 60, es copia de mucha
calidad y de tamaño natural de un modelo idéntico a la Venus de Milo del Museo
del Louvre e indica que el subsuelo del parque podría contener aún importantes
restos romanos.
Plaza
del Pradillo. (Rodríguez Morales, 2011 a): En la excavación de diciembre de
1999 aparecieron restos romanos, en posición secundaria, rellenando silos
medievales y en un pequeño nivel primario, entre ellos numerosos fragmentos de
sigillata lisa y decorada, restos
de mosaicos parietales y de suelo, un fragmento de tubulus de unas
termas u horno de cerámica, un centenionalis de Constancio II como césar,
acuñado en Arlés el 327 d.C., y un grafito sobre imbrix (teja curva) con la inscripción [...]IA- .
Praefurnium de Cuesta de la Virgen, 9 (Major, 2002) A unos 20 m. de distancia,
en la Cuesta de la Virgen, apareció un praefurnium, “Entre el escaso
material recogido de su interior estaban un fragmento de mosaico en blanco y
rojo, y un fragmento de sigillata.”
Los
ladrillos de los tres arcos que lo cubrían eran de dimensiones romanas y el
corredor central estaba excavado en el terreno natural y totalmente rubefactado
por el intenso calor de su funcionamiento.
Torcularium de Cuesta de la Virgen, 13-15. En la misma calle Cuesta de la Virgen, 13-15, unos 10 metros al
este, el año 2008 se realizó otra intervención en la por parte de Teresa
Abades. Por lo que se veía en la excavación, que quedó abierta, se pueden
apreciar, entre otros restos inequívocamente romanos, una cubeta de decantación
de mosto, o lacus vinarius y una batería de huecos para la colocación de
8 grandes dolia (tinajas), excavadas en el terreno:
“En
2008, en el actual casco urbano de Móstoles en el solar ocupado por la Calle
Cuesta de la Virgen nº 11 (sic) se excava otra instalación vinícola en la que
por primera vez en el ámbito meseteño se constata la utilización de dolia
defossa. Se trata de las improntas de 8 contenedores ovoides que se
encontrarían encajados en el pavimento tan sólo en su parte inferior. En el
mismo solar se documenta también una cubeta de obra que podría ser identificada
como un lacus vinculado a labores de recepción del mosto”. (García Entero et
alt. 2011-2012: 158).
En
el mimo solar apareció una posible inscripción anepígrafa, tallada con el campo
epigráfico marcado, pero sin que se llegara a escribir el texto.
Necrópolis
de Gerona 4. En el año 2004, Vicente Marcos Sánchez y Lorenzo Galindo excavaron
una necrópolis, en un pequeño solar de la calle Gerona 4, al pie del camino de
Humanes, una de las vías de salida del casco antiguo.
“Se trata de inhumaciones en fosa simple,
rectangular, con cubrición de tierra o elementos constructivos latericios, Al
menos en tres casos, se ha podido documentar un conducto para libaciones o profusio, colocado sobre la cabeza del
cadáver, formado por dos ímbrices contrapuestos.
Diez
de las trece inhumaciones documentadas han proporcionado ajuar...El estudio de
estos materiales aporta una cronología entre el último tercio del siglo III y
la segunda mitad del siglo IV d.C., pudiéndose distinguir hasta cuatro fases
cronológicas de utilización de la necrópolis. (Galindo, Sánchez, Recio , et al.
2012)
PAU
4 (frente al colegio Villa de Móstoles)
En
la excavación del PAU 4, en el pago de La Barca (Oñate 2004), se han encontrado
los restos, en posición secundaria, de un yacimiento, arrojado al pie del
Camino de Humanes, que dio muy abundantes materiales romanos, fechados desde el
s. I d.C., lo que demuestra la destrucción casi completa que ha sufrido el
yacimiento de Móstoles. Entre
los materiales destaca un fragmento de labrum o taza de fuente
decorativa de mármol blanco, hallazgo que podemos considerar poco corriente
puesto que viene a unirse a los 23 aparecidos en España hasta ahora. (Morillo y
Salido Domínguez, 2011: 159). El solar perteneció, hasta los años 50, al mismo
propietario que los terrenos del Parque Cuartel de Huerta, en donde apareció la
Mariblanca.
Pozo
tardorromano de la calle Cádiz (Rodríguez Morales, 2012 a)
Entre
marzo y mayo de 2009 excavamos un gran pozo tardorromano en la calle Cádiz, entre
la calle Ricardo Medem y la calle Rejilla, en el centro de Móstoles.
Las
distintas unidades estratigráficas que formaban el relleno, parecían coetáneas
porque el material cerámico que contenían era aproximadamente del mismo momento
(de finales del s. IV a mediados del s. V d.C.) y parecían haber sido arrojadas
a carretadas, amortizando la estructura circular del pozo, desde el N de la
misma. Alternaban estratos muy negros, que contenían ceniza de combustión, con
otros más pardos y arcillosos, con muy numerosos restos de teja –grandes
ímbrices- bajorromana.
Es
posible que la ceniza proceda del horno de una figlina, puesto que
aparecieron tejas pegadas por exceso de
cocción. Los materiales cerámicos del relleno son bastante homogéneos: Material
latericio, sobre todo grandes ímbrices tardorromanos. Cerámica común romana. Sigillatas
hispánicas tardías, con decoración de círculos a compás, de barniz rojo,
marrones y negros, de aspecto parecido a las DSP. Sigillatas avellana o
brillantes y pintadas de tradición indígena tardorromanas. Además apareció un pondus
de telar con el nombre de la propietaria IOA[na?]
Aparcamiento
de la calle Simón Hernández
El
año 2010, los arqueólogos José Polo y Carmen Valenciano, de la empresa Arquex
S.L. excavaron un yacimiento romano durante las obras de control del
aparcamiento municipal “L”: Simón Hernández/ Parque Asturias. “Del análisis de
la estratigrafía, las estructuras y los materiales encontrados durante la
excavación del yacimiento de “Simón Hernández” se ha podido realizar la
siguiente sinopsis estratigráfica: Tras la excavación de las estructuras arqueológicas documentadas en
el “Aparcamiento Subterráneo Simón Hernández”, se puede deducir que estamos
ante un enclave que ha sido ocupado desde época tardorromana, posiblemente,
desde finales del s. III d.C., y durante los siglos IV y V d.C., fechas
avaladas, como comentábamos antes, por la aparición de Terra Sigillata
Hispánica Tardía y cerámicas de tradición indígena bajo-imperiales.
La
cronología más antigua la aporta la aparición de algún fragmento de T.S.H. (s.
I-III d.C.), que nos habla, o bien de una ocupación más antigua cuyos restos se
han perdido completamente, o bien de la pervivencia en el uso de estas vajillas
durante un periodo largo de tiempo.
La
principal característica del yacimiento excavado es la presencia de varias
estructuras de planta oval y circular y de un horno, sin la existencia de
estructuras habitacionales a las que se puedan asociar, careciendo por tanto de
información en referencia al tipo de entidad a la que puedan pertenecer. La
presencia del horno nos indica el uso industrial del terreno, por lo que
podríamos encontrarnos ante unas instalaciones subsidiarias de una explotación
mayor.” (Comunicación personal de José Polo)
Figura
7. Plano urbano de Móstoles, en 1858 (I.G.N.)
En resumen, como se puede apreciar en el plano adjunto, el casco urbano de Móstoles ocupaba 21 Ha. en 1858, cuando tenía 1.850 habitantes y entre 12 y 15 Ha en época romana. Los hallazgos romanos van del siglo I al V d.C. con piezas singulares como la Mariblanca y el labrum y otros de carácter industrial, entre los que podemos suponer la existencia de hasta tres hornos. Podemos llamarle vicus con tranquilidad, creemos.
Resumiendo
acerca de la identificación del trazado de la vía, vamos a seguir la propuesta
de unas grandes conocedoras de la viaria romana madrileña:
“Consideramos que esta propuesta de viabilidad constituye una excelente base para replantear el estudio de las vías romanas de Madrid introduciendo en el método de trabajo la perspectiva de las rutas óptimas, establecidas en razón de las posibilidades físicas por las que habían de discurrir los caminos, pero añadiendo capas de información sobre yacimientos arqueológicos, hallazgos epigráficos y caminos históricos.” (Fernández Ochoa y Zarzalejos , 2016: 291).
Añadiremos
los datos de distancias en millas según el Itinerario de Antonino.
Rutas
24/26: Miacum- Tituciam: 24 millas; Ruta 25: Toletum-
Titulciam: 24 millas; Titulciam- Complutum; 30 millas
Millas
reales según la propuesta de Fernández Ochoa, Zarzalejos y Rodríguez Martín.
(2017), en Carranque el Viejo: Miacum -Titulciam: 36,3 millas; Titulciam-
Complutum: 39,4 millas; Titulciam- Toletum: 27,7 millas.
Figura 8. Millas
reales según nuestra propuesta, con Titulcia en Móstoles: Miacum- Titulciam:
26 millas[5];
Titulciam- Complutum: 30,5 millas; Titulciam- Toletum: 35 millas[6].
Figura 9. En el mapa nuestra propuesta para la ruta 24 (Miacum- Titulciam), con
yacimientos (puntos rojos), miliarios (m) e inscripciones (i)
Estamos
ante una vía óptima, que va derecha desde Monesterio a Móstoles, siempre con el
nombre de Cordel o Vereda Segovianas y que salva las irregularidades del
terreno de la mejor forma posible. Los yacimientos romanos y tardorromanos son
abundantes a sus pies: Galapagar
(San Yago, Cordel de Suertes nuevas y La Pocilla), Villanueva del Pardillo (Basurero
y Los Palacios); Boadilla del Monte (La Pingarrona/La Vega y San Babilés);
Villaviciosa de Odón (El Agostadero) y Móstoles (Universidad, Los Tejarejos y
casco antiguo). Al pie de nuestra vía tenemos también varias
inscripciones romanas; en San Yago, Galapagar, Los Palacios, San Babilés y
Móstoles.
En cuanto a los caminos históricos, el nuestro
está atestiguado desde 24 de agosto de 1249, en un documento de Fernando III (González,
1956, volumen 2, pp. 354-355 y 1960, vol. 3, documento 784):
“E
mandelo desterminar de tal logar hasta tal logar: desdel os la del Ferrenno,
por do pasa la carrera toledana derecha commo va al Galapagar, e dende commo va
a Paz en Porra et a Guadarrama, e dende arriba commo va el arroyo a Sagriella
et la Uega,” Es el trazado desde San Yago hasta la Vega Sagrilla, en las
cercanías de San Babilés.
En el privilegio de las alberguerías de 1273, de
su hijo Alfonso X, se detallan las ventas segovianas colocadas al pie de este camino,
desde el paso del Guadarrama al paso del
Guadarrama (Rodríguez Morales y González Agudo, 2019): El Ferreño, La Guijuela,
Santa María de Galapagar, Las Valquesas, La Asperiella y Pazemporra,
El 27 de marzo de 1479, se le llama a este
camino, en término actual de Villaviciosa de Odón y hasta el límite de tierra
de Toledo (en Móstoles), la calçada, topónimo que, en nuestra zona,
suele indicar vía romana (Archivo de la Villa de Madrid (AVM)-S,3/40/29,
lxxxix-53, 4v- 5r, apud Vera Yagüe, 2004);
“Desde la dicha hermita de Sant Baviles la
cuerda arriba por la senda que va desde Sant Baviles e junta con el camino que
va de Alcorcon a la Veguilla, que se dice del Aguijon, la cuerda Ayuso de
Valesydre fasta juntar al camino que se diçe de la Calçada e el camino adelante
fasta juntar con el camino que va desde Odon a Alcorcon, que es lo otro tierra
de Toledo.”
El 7 de febrero de 1496, en el documento que establece
los límites de Madrid y Toledo (AVM-S, 1496, febrero, 3-175-10 este camino se
denomina el que “viene de Segovia a Móstoles: “dende hay otro mojón en el
medio del camino que viene de Segovia a Mostoles...”
Para terminar con este repaso a las fuentes
documentales medievales y modernas, en el siglo XVI, según Hernando Colón, el
Villuga y las Relaciones de Felipe II (Rodríguez Morales, 2000), pasaban por
Móstoles los caminos de Toledo y Andalucía a Segovia y la Meseta Norte, el de
Extremadura a Alcalá y Zaragoza y el de Valencia a Salamanca, que coinciden con
el trazado de las rutas 24, 25, 26 y 29, que son las que, según el Itinerario
de Antonino, pasaban por Titulcia. Como por potencia demográfica Móstoles no
pudo atraer por sí misma todos estos caminos, es de suponer que su papel de
gran centro de comunicaciones medieval sea heredado de una época más antigua
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[1] Arqueólogos. jeromor@gmail.com y cjcaballeroc@hotmail.com
[2] Allí, al construir los edificios, según comunicación personal del técnico
Antonio Méndez, apareció un yacimiemto tardorromano.
[3] Topónimo que
suele indicar restos antiguos.
[4] Beltrán, 1990.
[5] Si como proponemos en otro lugar (Caballero y Rodríguez Morales, e.p.) la
mansio de (Ad) Miacum estuviera en la estación de San Yago, una milla al
S. de Monesterio y sirviendo tanto a la vía romana como a la cañada ganadera
segoviana, existente ya en esa época (Rodríguez Morales, 2012 b), las millas al
centro de Móstoles serían 25, lo que entraría dentro de los errores posibles.
[6] Si aplicáramos la teoría de los empalmes de Arias, desde un Toletum
empalme, situado a las puertas de Toledo, en Vargas, a donde llega el camino
actual que sigue el probable trazado de la ruta 25, desde Talavera, hasta el
entronque de la ruta 25 con la 29, situado al N de Griñón, hay 35 Km, unas 24
millas, lo que coincide con la distancia marcada en el Itinerario de Antonino.